viernes, 22 de abril de 2016

Una escena cervantina


Encuentro de Sancho con Ricote

De cómo en una escena cervantina, se aplaca, sin violencia alguna, la guerra civil de los nacidos 

Venía Sancho “entre alegre y triste, caminando sobre el rucio a buscar a su amo, cuya compañía le agradaba más que ser gobernador de todas las ínsulas del mundo”.  

Muy pronto, el sorpresivo encuentro con Ricote, el morisco expulsado que volvió a su patria a todo riesgo, en busca de un tesoro.  

Pudo ser delatado por el cristiano Sancho, pero se interpuso la nobleza. A veces, puede más la amistad que el atavismo o las salvajes diferencias.  

Por eso, el sabroso convite, pleno de vino y de caviar, que ambos compartieron en un amable lugar cercano a Barataria.

Eso fue todo.

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