martes, 8 de marzo de 2016

Ella misma comprará las flores


Imprimía libros junto a su esposo. Cocinaba y tejía. Sus sobrinos dieron cuenta de la calidad de sus panes. Acá está, retratada por Vanessa Bell, su hermana, otra artista singular
 
Virginia Woolf paseaba por los patios y jardines de Oxbridge “en una bella mañana de octubre”. Imbuida por el espíritu de paz que allí reina, se acordó de pronto que en la biblioteca se preserva un manuscrito de su pariente Thackeray. Aprovechando que estaba muy cerca y deseosa de precisar algo del estilo, fue a examinarlo. Esto le pasó: 

“….me encontraba ya ante la puerta que conduce a la biblioteca misma. Sin duda la abrí, pues instantáneamente surgió, como un ángel guardián cortándome el paso con un revoloteo de ropajes negros en lugar de alas blancas, un caballero disgustado, plateado, amable, que en voz queda sintió comunicarme, haciéndome señal de retroceder, que no se admite a las señoras en la biblioteca más que acompañadas de un ‘fellow’ o provistas de una carta de presentación”.
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Hoy es su día. La señora Dalloway dijo que ella misma se encargaría de comprar las flores. Nessa traerá un nuevo cuadro. Felicidades.

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