martes, 9 de febrero de 2016

En la Biblioteca Argentina de Horacio (banquete textual de la Colección "Borges")


Biblioteca Nacional de Argentina. Buenos Aires. Arquitecto: Clorindo Testa
 
Comienzo a leer el libro que Horacio González escribió sobre la Biblioteca Nacional de Argentina. Hasta hace poco González fue su director. La gestión que allí realizó durante varios años creo que concita la admiración de todos, incluso la de sus adversarios políticos. Es uno de los pocos funcionarios del gobierno anterior cuyo trabajo ha sido reconocido –y hasta elogiado- por los del actual. González no sólo condujo admirablemente la institución, sino que la estudió a fondo y la habitó como si se tratara de una ciudad, es decir, de un universo que otros llaman Biblioteca. Podría decirse que hizo historia en ella, además de escribirla. Creo, por cierto, que Alberto Manguel, nuevo director, tiene un gran reto (que seguramente sabrá cumplir): estar a la altura de Horacio González. No digo más.
-- 

El libro de Horacio se titula, precisamente Historia de la Biblioteca Nacional (Ediciones Biblioteca Nacional, Buenos Aires, 2010). Para tenerlo cerca -mientras leo la “Historia…”-, busco el volumen que durante la gestión de González le dedicó la Biblioteca Nacional a la colección donada por su más famoso director: “Borges, libros y lecturas” (EBN, Buenos Aires, 2010). Lo abro al azar y encuentro que Borges puso en el papel guarda (posterior) de un libro sobre Eliot, esta nota:  

Como un paciente anestesiado sobre una mesa” -29 (cf. Oyuela. Güiraldes) también Obligado. S. V. III, su abanico// ¿tema del doppelgänger? -65”. El libro es de F. O. Matthiessen (The Achievement of T. S. Eliot: An Essay on the Nature of Poetry. London. Oxford University Press, Humphrey Milford, 1935).  
--

Voy al comentario que los investigadores de la Biblioteca (Laura Rosato y Germán Álvarez) le hacen a esa pequeña anotación de Borges y percibo en él la magnitud y calidad de su trabajo. Me atrevo a decir que bastaría ese libro para calificar de ejemplar la gestión de González en la preservación del patrimonio literario de Argentina y en el respeto a Borges. La colección que éste donó fue encontrada en un depósito de la Biblioteca, sin clasificación y sin uso alguno. Hoy en día es una fuente invalorable para estudios como el realizado por los citados investigadores.  

Vuelvo al comentario de Rosato y Alvarez, para citarlo íntegro e ilustrar lo dicho: 

“Pág. 29. Traducción de un verso perteneciente a ‘The Love Song of J. Alfred Prufrock’, de T. S. Eliot: ‘Let us go then, you and I, / When the evening is spread out against the sky/ Like a patient etherised upon a table’. En el artículo ‘Sobre la descripción literaria’, Sur, Buenos Aires, a. XII, No. 97, octubre de 1942 encontramos los versos confrontados de Calixto Oyuela: ‘La luna conducía/ su albo bajel por la extensión serena…’; y los de Ricardo Güiraldes: ‘El puente viejo tiende su arco sobre el río, uniendo las quintas al campo tranquilo’. El argumento desarrollado por Borges en el artículo, establece el punto de contacto entre estos versos y el citado de Eliot: ‘Si no me engaño, los ilustres fragmentos que he congregado, sufren de una leve incomodidad. A una indivisa imagen sustituyen un sujeto, un verbo y un complemento directo. Para mayor enredo, ese complemento directo resulta ser el mismo sujeto, ligeramente enmascarado’. Esto también se cumple en los versos de Rafael Obligado, Santos Vega, parte III: ‘El sol ya la hermosa frente/ Abatía, y, silencioso, / Su abanico luminoso/ Desplegaba en occidente’. Ver nota a la página 11 en asiento No. 132.

Pág 65. Análisis del poema ‘Ash Wednesday’: ‘The sinister horror of what he saw below him at the first turning hightened by the very ambiguousness of the expression, ‘the same shape’. Does it mean a spectrae that he has been fleeign from and has felt to be pursuing him up the stair? Or, more terrifying still, does it mean his own very likeness, thus stressing the obsession with self the inability of the individual to escape from the bonds of his own identity? Borges lo relaciona con el tema del Doppelgänger, el fetch, o el otro yo. Ver nota sobre ‘El doble’ en El libro de los seres imaginarios (1967).  

Esta obra fue reseñada por Jorge Luis Borges para la revista El hogar, 16 de octubre de 1936 y está incluida en Textos cautivos (1986)”. 
--

Un estudioso del “origen de los textos” podría darse banquete con lo anterior. Otros, lectores mortales no eruditos, con alguna paciencia, podríamos también degustarlo, y es que en pocas líneas Rosato y Álvarez nos han dilucidado la telegráfica y personal nota de Borges. Éste leyó un libro sobre Eliot, no a Eliot (en esa ocasión) y se fijó en dos páginas. Por la primera, anotó en frases muy cortas lo que le interesaba en el momento, así como las asociaciones que la lectura le sugirió. Después escribió una reseña del libro y un artículo en el que tradujo uno de los magníficos versos de Eliot, que comparó gramaticalmente con los de un oscuro poeta argentino (Calixto Oyuela) y con textos de Güiraldes y Obligado. Por la página 65 del libro de Matthiessen, resaltó el vínculo del poema Ash Wednesday de Eliot con el tema del “doble”. Éste -apuntan Rosato y Álvarez-, será más tarde uno de los muchos “seres imaginarios” de Borges y una presencia recurrente a lo largo de su obra. ¿Suficiente? No. En la mesa servida de la nota borgeana -como en la del verso de Eliot- reposa todavía un paciente lleno de signos por descifrar.  

Por lo pronto, este diarista, en la víspera del miércoles de ceniza y antes de volver al libro de Horacio, lee el otro poema de Eliot (Ash Wednesday) y repite: 

Porque sé que el tiempo es siempre tiempo
 y el lugar es siempre y sólo lugar
 (…)
y ruego a Dios que tenga misericordia de nosotros
 y ruego que pueda olvidar yo
 esos asuntos que discuto demasiado consigo mismo
 explico demasiado
 porque no tengo esperanza de volver otra vez
 que respondan estas palabras
 por lo que se ha hecho, para que no se vuelva a hacer
 ojalá el juicio sobre nosotros no sea demasiado gravoso”.
-- 

Leído Eliot, abro la “Historia…” y Horacio me atrapa en la primera línea: 

“Un libro puede ser fruto de una conmoción repentina o de una demorada estadía en la intemperie…”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario